En los últimos días, antes del balotaje, el candidato de Unión por la Patria extenderá la estrategia del debate y tratará de mostrar que el libertario es un improvisado que desconoce el Estado.
Le quedan tres días a la campaña. Se termina después de un extenso año electoral. Sergio Massa se enfrenta al desafío que tiene desde hace más de una década: llegar a ser presidente. En las horas que faltan hasta la veda electoral del viernes tendrá un puñado de actividades en las que va a profundizar el discurso que tuvo en el debate del domingo. A todo o nada en el sprint final.
Este martes, el candidato de Unión por la Patria (UP) viajará a Río Negro, provincia en donde el oficialismo provincial decidió jugar a su favor en el camino hacia el balotaje. El gobernador electo Alberto Weretilneck fue de los mandatarios más explícitos en la última cumbre de gobernadores que hubo en el CFI. “Es el final del país como lo conocemos si no es electo Massa. Está en juego el futuro del país”, sentenció.
Si no se modifica la agenda, será la última provincia que visite antes de las elecciones del próximo domingo. Luego podría hacer alguna actividad más al conurbano y en algún barrio de la Ciudad de Buenos Aires. Una opción que están barajando es hacer el acto de cierre en un colegio porteño junto a estudiantes.
La idea que predomina es la de volver a cerrar la campaña con un acto de cercanía. Sin políticos ni estructura partidaria. Un acto de Massa con los estudiantes, así como en el cierre previo a las elecciones generales fue con trabajadores en una fábrica de Pilar. Menos caras de la política en la antesala de la votación y después de un largo recorrido electoral.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/AZJFZHYOOUY3DBSZS32OREQAAE.jpg 992w)
En los días que quedan Massa hará hincapié en que Milei es un “improvisado” para gestionar un gobierno y el estado, y que él tiene capacidad para llevar adelante una gestión previsible. Esa será la principal línea discursiva en la semana más trascendente, ya que en la política se sabe bien que una parte importante del electorado define su voto muy cerca del día de la votación. Por eso el mensaje de estos días es determinante.
Insistirá también con el concepto de “nueva mayoría” que va de la mano de un gobierno de “unidad nacional”. Focos permanentes del tercer tramo de la campaña que tuvieron un correlato en la inclusión de dirigentes opositores al esquema político del ministro. La intención es reforzar ese mensaje para llegar a los indecisos que definirán sus votos con el correr de las horas.
En el oficialismo también pondrán foco en una palabra clave para la discusión electoral: cambio. “Milei es el cambio violento e imprevisible”, sostienen en el búnker de calle mitre, mientras que señalan que “Massa es el cambio ordenado y seguro”. Tratarán de afirmar la idea de que Massa es el cambio al propio gobierno que integra porque si gana, la gestión quedará en sus manos completamente, sin mesa de discusión ni sociedades que limiten el accionar del presidente. Es decir, no será el gobierno de Alberto Fernández.
El ministro dejó un mensaje claro durante el debate en el que nadie de la dirigencia profundizó porque entienden que no es momento de generar grietas. “No vengo a discutir a Macri, Cristina y el pasado. Es vos o yo. Eso eligen los argentinos”, sostuvo. Massa dejó a la vicepresidenta parada en el mapa del pasado y él se colocó en el del presente. Una diferencia sustancial teniendo en cuenta que su sociedad con los Kirchner puede influir en forma negativa en esta instancia de la elección. Una señal más del diseño identitario de su eventual gobierno.
El desempeño del ministro en el debate generó un fuerte optimismo en el peronismo. En algunos casos, desmedido, teniendo en cuenta que las encuestas siguen dando como ganador a Javier Milei o un empate técnico. Por eso desde la cúpula de campaña se bajó el mensaje de que es importante reducir el nivel de triunfalismo y seguir metidos en el trabajo territorial.
“Humildad y trabajo”, repiten en el equipo de funcionarios y dirigentes que rodean a Massa. Es el mismo mensaje que se bajó después del triunfo en las elecciones generales. Quieren evitar que un sector de la dirigencia de por ganada una elección que no lo está, por el solo hecho de que en el debate el candidato oficialista fue ampliamente superior al de La Libertad Avanza (LLA).
El titular del Palacio de Hacienda extenderá la estrategia del debate a lo que queda de la campaña. Tratará de mostrar que Milei no está preparado para gobernar, que no conoce cómo funciona el Estado, que es inestable emocionalmente y que tiene un acuerdo con Mauricio Macri que lo ha transformado en parte de la casta que critica. Las líneas de trabajo se ajustan en el tiempo pero no varían demasiado. En el peronismo tienen en claro en dónde atacar para dañar la capacidad de juntar votos del libertario.
En distintas arterias oficialistas advierten que es probable que el próximo domingo crezca el voto en blanco y la inasistencia, pero que es necesario mantener hasta el final la polarización con Milei, mostrando los contrastes entre la personalidad de cada candidato y el proyecto político que quieren llevar adelante. “Las encuestas siempre son una foto, no una película, así que hay dar batalla hasta el último día”, aseguró un importante funcionario del massismo.
Empezó el tiempo de descuento y en el peronismo se mezcla la ansiedad con el optimismo y la moderación. Las encuestas, las percepciones, las proyecciones y las dudas. Del “vamos a ganar” a “¿cuánto le importa a la gente el debate?”. El triunfalismo se escapa por los poros más allá de lo que digan las consultoras. Como si esos números que deambulan por los pasillos de la política fueran solo una foto del pasado reciente.
Fuente Infobae (PorJoaquín Múgica Díaz) (Foto Sergio Massa afronta el último tramo de la campaña con pocos actos y un discurso enfocado en la inviabilidad del proyecto de Milei (REUTERS/Martin Cossarini/File Photo)